La Biodanza en la Infancia - Una Posibilidad de Crecimiento Saludable e Inteligente


Desde que el mundo es mundo las personas usan el propio cuerpo para ocupar el espacio e interaccionar con el otro. En el inicio se siguió el instinto, poco a poco se descubrió el placer y ya hace siglos disponemos de técnicas y estilos especialmente desarrollados por la danza para explorar la riqueza de posibilidades inherentes al cuerpo humano. Porque danzar es mucho más que mover brazos y piernas bajo el estímulo de un ritmo. La danza permite conocer el propio cuerpo y, con eso, ampliar la capacidad de expresión y comunicación del individuo, lo cual desarrolla una autoestima de base para toda la vida.
El simple acto de andar ya es de por si poderoso, lo suficiente para servir de alimento al cerebro y, de paso, contribuir para nuestra salud. ¿La danza? Sus movimientos son más refinados, lo que determina la calidad de alimentación que proporciona a nuestro cuerpo. La conclusión es una sola: mientras más temprano un niño o una niña empiece a bailar, más posibilidades tienen de hacer su cuerpo "inteligente".
Bailar también ayuda a desarrollar emocionalmente a los más pequeños, combatiendo inseguridades y estimulando a compartir experiencias con el grupo al que pertenece. Niños y niñas pueden ejercitarse en la danza desde los primeros años de vida y así mejorar habilidades motoras fundamentales para la evolución.
“Biodanza es un Sistema de integración humana, de renovación orgánica, de reeducación afectiva, y de reaprendizaje de las funciones originarias de la vida”. (Araneda, 2009). Aplicada a la infancia, proporciona que el niño y a la niña desarrollen todos sus potenciales desde muy pequeños. Actúa desde los aspectos más íntimos del movimiento individual y grupal. No hay coreografías, con lo cual cada persona puede explorar sus movimientos desde el propio sentimiento de ser y de estar en el mundo. Se desarrolla a través de ejercicios/danzas elaborados para que cada persona en libertad pueda descubrir su propia danza, respetando el tiempo personal y utilizando movimientos tan cotidianos como caminar.
Algunos beneficios básicos proporcionados por la danza en general y por la Biodanza en particular aplicadas a la infancia para el crecimiento en la vida son:
·         Desarrolla habilidades típicas del ser humano.
Estimula la "psicomotricidad fina", la cual comprende las habilidades peculiares de los humanos como escribir, dar sonido a una palabra, cortar legumbres, etc. La Biodanza sirve de instrumento para "afinar" los más variados movimientos que el individuo hace en su día a día, algo de enorme valía por toda la vida.
·         Alimenta el funcionamiento del cerebro.
Cualquier tipo de movimiento sirve para conducir informaciones al sistema nervioso central. Caminar es una forma de alimento para el cerebro, andar en bicicleta es otra, así como bailar es otra. La Biodanza consigue alimentar ese sistema nervioso de un modo aún más refinado, utilizando una serie de movimientos concretos.  Así, mientras antes entren en contacto niños y niñas con la Biodanza, más "inteligente" su cuerpo se hará en razón de la calidad de ese estímulo - otro tipo de riqueza que se hace notar a lo largo de su trayectoria.
·         Ayuda a mantener la salud del cuerpo.
La postura es una estructura de base, un tipo de musculatura que mantiene el individuo en posición vertical. Ella exige atención diaria: cuidar la postura es cuidar del mantenimiento del cuerpo, e incluso, de su salud. Sin postura no es posible organizarse en el espacio. Así, quien baila aprende a mover el cuerpo y conocerlo convirtiéndose en un hábito en los que adquieren el gusto de bailar desde pequeños.
·         Estimula la coordinación motora y otras aptitudes.
Bailar regula el “tonus” y la fuerza muscular por un ritmo musical, así como despierta percepciones diferentes del cuerpo, como la organización de la mirada a cada movimiento o las diversas sensaciones de los pies presionados en el suelo en razón de este o de aquel paso. También estimula la coordinación motora, fundamental para la evolución niños y niñas al liberarlos de una serie de inseguridades físicas y emocionales. ¿Cómo? Al explorar nuevas maneras de moverse y expresarse los ejercicios de Biodanza posibilitan al niño y la niña enriquecer el repertorio personal de sus movimientos, incorporando nociones de ritmo, equilibrio y fluidez, aptitudes que pueden servir de base para la construcción de movimientos más elaborados.
·         Colabora en la formación del individuo.
Todo tipo de experiencia es fuente de conocimiento para un niño y una niña. Eso significa que todo lo que reciben como información va de algún modo a influenciar en su desarrollo. En el caso de la Biodanza, esta contiene informaciones corporales, sociales, musicales y emocionales que contribuyen al crecimiento infantil. Aspectos como la sutileza, la organización, el juego, la alegría, la vitalidad, la afectividad, el estímulo a la atención y el poder de observación presentes en los ejercicios influencian positivamente el desempeño del niño y la niña, incluso en otras actividades escolares, facilitando la comprensión de contenidos más complejos. Además, aumenta la sensibilidad musical.
·         Sirve de herramienta para expresarse.
Niños y niñas usan el cuerpo para conocer el mundo desde muy pequeños. Son los sentidos los que les transmiten la percepción de lo que está alrededor y con ellos comienzan a elaborar los primeros conceptos. En una segunda etapa de su desarrollo, ya son capaces de realizar actividades corporales, como correr, estirar, girar, doblar y saltar. El cuerpo muestra aptitud natural para ejecutar esos movimientos, sólo necesita una oportunidad para practicarlos. Bien orientados, los niños y niñas reciben estímulos para investigar las posibilidades de movimiento físico, construyendo modos de relacionarse con el otro y con el ambiente que les rodean. A través de la Biodanza se adquiere conciencia de poder expresarse usando el propio cuerpo.
·         Valora el lenguaje personal.
Durante la clase de Biodanza, niños y niñas van a recoger trocitos de informaciones y con ellos montar un conjunto que tenga sentido propio. Las actividades están plenas de sentido donde cada uno recoge lo que es útil para sí mismo. Eso significa que van a probar movimientos y poco a poco descubrir la diversidad enorme de posibilidades propias del uso del cuerpo. Será esa conciencia corporal la que va permitirles expresarse de modo inédito. Cabe al profesor (facilitador), en ese momento de gran significado, estimular la construcción individual, respetando el tiempo de cada niño y niña.
·         Estimula el conocimiento estético.
A partir de las experiencias corporales activadas por la Biodanza, niños y niñas tienen la oportunidad de relacionarse con lo bello y lo armonioso, así como con lo feo y lo caótico. Poco a poco, van a exteriorizar su comprensión sobre lo que es bonito y lo que no lo es. La danza, en general, puede ser entendida como una forma de conocimiento poético. La metodología de trabajo con la infancia prioriza la capacidad de improvisar porque será probando el propio cuerpo, entendiendo sus límites y su funcionamiento, como se descubrirá la libertad para envolverse en el proceso de creación revelando una estética 100% personal.
·         Incentiva el control emocional.
La Biodanza estimula niños y niñas a tener en el cuerpo un aliado, un instrumento que les ayuda a transmitir las ideas y emociones más íntimas. Con ella se aprende a hacer de los movimientos del cuerpo una fuente de diversión y de placer, siendo incentivada a dividir lo que siente con el grupo y a convivir con sus diferencias. Se trata de un aprendizaje emocional de gran alcance, que promueve el equilibrio de las emociones y que incluso es capaz de combatir la timidez y la inseguridad.
En definitiva, vale probar la Biodanza Infantil y conocer sus beneficios que van más allá de los que aquí fueron expuestos. Es importante practicarla de forma regular para que los beneficios se acentúen a lo largo del tiempo. También se puede practicar Biodanza en familia y con diferentes colectivos, todos ellos estudiados especialmente para favorecer el crecimiento saludable, tanto en la infancia, como en la adolescencia y en la fase adulta.
Aline Reis*
*Aline Reis es Pedagoga, Investigadora Social (con enfoque en Educación Ambiental y Ecopedagogía), Facilitadora Autorizada Biodanza SRT, especializada en Biodanza en la Infancia y Adolescencia por International Biocentric Foundation.

Bibliografía:

Luzzi, Cecilia, Biodanza para niñ@s, Internacional Biocentric Fundación, En prensa, 2012.
Araneda, Rolando Toro, Biodanza, Indigo/Cuarto Propio, 2009
Araneda, RolandoToro, La Inteligencia Afectiva, Cuarto Propio, 2012